Pedro Juan Gutiérrez y los cuentos cortos de su melancolía.

«Un escritor lo único que puede hacer
es coser una gran pieza con trozos de realidad y trozos de ficción.
La gracia consiste en que no se vean las costuras.»
P. J. Gutiérrez

 

La mano de la hormigaSiempre he preferido el cuento corto por la audacia y la sorpresa de los finales. Tengo muchos en mi memoria y casi podría recitarlos. Uno de mis libros de cabecera  La Mano de la hormiga, tiene una recopilación brillante del género. Y cuando digo corto, incluyo el muy corto, cortísimo, minicuento, microcuento, cuentos breves o hiperbreves, microficción,  o como quieran llamarle los expertos. 

 Ha sido cultivado por los máximos exponentes de todas las literaturas del mundo, ahora mismo podría hacer una pequeña lista , donde colocaría otros no tan cortísimos, pero de no más de una cuartilla:  

Galeano La Noche, Borges Diálogo sobre un diálogo, Monterroso El Eclipse, Cortázar Las Líneas de la mano, Benedetti El Otro Yo, Quiroga El Almohadón de plumas, García Márquez El Drama del desencantado, Arreola El Guardagujas
(Podrías tú seguir la lista)

A propósito, buscando en la web, di con esta simpática anécdota que el autor tituló La culta dama y que reproduzco textualmente porque no me pude contener:

Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El Dinosaurio”.

-Ah, es una delicia – me respondió – ; ya estoy leyéndolo.

Digo yo que es profunda la dama, ¿no?

 

Pero toda esta introducción ha sido solo para llevarlos a un libro muy especial, que ha estado en Mi Librería pocas veces y que no dura un segundo en el estante:  Melancolía de los leones, de Pedro Juan Gutiérrez

                                                                                                                                              

Melancolía de los leonesMucho se ha hablado  de su persona, de sus novelas, de sus intereses, de sus circunstancias. Todo lo olvidé cuando leí estos cuentos, más bien cuando los vi ante mí, animados en 3D y con el volumen al máximo. Y no es que esto sea más que aquello, que no soy  quien para encasillar, sino que hacía unos días terminaba con El Rey de La Habana y no esperaba este giro en «la conversación». Estos cuentos son «grandes»,  ingeniosos, frescos, dinámicos.  Muestra de que Pedro Juan no solo es el escritor del barrio cubano solariego y promiscuo,  que ya es mucho, porque para describir realidades con pinceladas de ficción o viceversa, que lo busquen a él.  Pero esta vez … juzguen ustedes mismos.

RAZONES PARA SER IRRACIONAL

Ya me ha sucedido con dos libros de mi biblioteca: al abrirlos al azar encuentro huevas en sus entrañas. El primero tenía dos y el otro tres. Son fetos de libros, muy pequeños aún, blancuzcos y blandos, sin título, sin contenido, sin texto, con las páginas húmedas y pegadas, como una pasta. No sé cuántos de mis libros estarán empollando de igual forma. No sé cómo se las arreglarán para aparearse, poner esos huevos, darles calor, hacer que nazcan las crías. No sé cómo los alimentarán. Qué tiempo les llevará. No sé nada. He preguntado pero nadie sabe. Además, no me atrevo a buscar la información en otros de mis libros porque podría encontrar más que también están empollando. No me queda espacio en la biblioteca y temo que los libritos jóvenes comiencen a invadir poco a poco el resto de la casa.

 

El escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez

El escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez

 

 LA HORA DEL TE

No encuentro una bandeja apropiada en la cocina: por eso traslado todo poco a poco: la tetera, las tazas, el azúcar, limones, galleticas, pastas, y lo coloco con cuidado sobre el cristal grueso y limpio de la mesa nueva, en la terraza. Una mesa que trajeron esta mañana de la tienda, con cuatro hermosas sillas. Es blanca, de hierro, colocada a la sombra de la tarde, en la brisa que a esa hora  sopla del mar.
Al fin tenemos un juego de terraza para tomar el té, para comer en las noches de calor, para escribir por las mañanas, a la sombra.
Llamo a mi esposa, que dormita la siesta y le digo: Vamos, el té ya está servido. Sale a la terraza, adormilada aún, y se asusta terriblemente cuando ve aquello: !Oh, si el cristal no lo han traído aún!
Y sin terminar la frase, todo cae al piso y se rompe con estrépito.

¿Tenía razón?

 

 

9 comentarios

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9 Respuestas a “Pedro Juan Gutiérrez y los cuentos cortos de su melancolía.

  1. Este libro es una verdadera delicia y un alarde de talento narrativo. Mis felicitaciones a Pedro Juan. Haremos lo posible por darlo a conocer.

  2. estodevivir

    tenias toda la razon, son fascinantes, me gustaria tener ese libro, excelente tu recomendacion, gracias.

  3. Muy buenos textos, sí. En particular me ha gustado el segundo.

    Saludos.

  4. Tendré que buscar algo de este escritor por España. Me gustaron mucho los cuentos. Gracias por compartirlos.

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  8. cihino

    eeemmm son cuentos nunca a cabar?

  9. Anabel

    estoy totalmente ENAMORADA de tus palabras, TODAS!!!

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